lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Qué causa los males de la civilización? (y III): Conclusiones

¿Esta comida es mala para nuestra salud porque tiene muchas grasas o porque tiene muchos carbohidratos? ¿Quizá porque es procesada e incluye aditivos y grasas trans?


Bien, hemos revisado tanto la hipótesis de los lípidos y la hipótesis de los carbohidratos y su posible relación con las enfermedades cardíacas. En la primera, la hipótesis reza que un exceso de grasas, sobre todo de origen animal, podría aumentar nuestro colesterol LDL en sangre lo cual acabaría por provocar problemas cardíacos. En el segundo caso, la versión más simplificada de la hipótesis de los carbohidratos nos dice que aquellos carbohidratos de alta absorción aumentan rápidamente nuestros triglicéridos en sangre, por lo que nuestro hígado se ve obligado a crear muchas lipoproteínas LDL, transportadores c-LDL, que también transportan el colesterol, lo cual de nuevo también aumenta el riesgo cardíaco. 

Las grasas han sido demonizadas en exceso, las hemos ido reduciendo en nuestra dieta de modo que hemos acabado aumentando demasiado los carbohidratos y por eso, debido al consumo de muchos carbohidratos y dietas en general hipercalóricas, hemos acabado desarrollando el llamado síndrome metabólico, del que ya hablé en la entrada anterior. Está claro que hay algo en nuestra dieta que provoca que enfermedades cardíacas, metabólicas y algunas formas de cáncer sean mucho más comunes. La evidencia existe entre poblaciones indígenas con dietas distintas a la occidental y muy baja incidencia de las enfermedades de la civilización, que a la que introducen alimentos importados que desplazan los que llevan comiendo durante generaciones, empiezan a desarrollar no sólo diabetes (lo cual sería fácilmente explicable por un aumento del consumo de azúcar) sino que aumenta también la incidencia de problemas cardíacos y cáncer, algo que en principio no se relacionaba con el consumo de carbohidratos. Los defensores más aférrimos de esta hipótesis, aseguran que la respuesta hormonal debido a la ingestión de grandes cargas glucémicas provocan cierta inflamación crónica que hace que nuestro organismo vaya en muchos sentidos a marchas forzadas. Sinceramente, atendiendo a la evidencia, me parece una hipótesis interesante a tener en cuenta, sobre todo ahora que la ciencia cada vez más está desdemonizando las grasas.

Ahora bien, creo que vale la pena hacer una reflexión. Sobre todo en el mundo de las dietas paleolíticas se tiende a pensar que el ser humano cazador-recolector tenía un tipo de dieta muy específica (básicamente: mucha carne, bastante verdura y algo de fruta) cuando en verdad incluso atendiendo a las distintas sociedades de cazadores-recolectores vemos tipos de comida muy diferentes con repartición de macronutrientes muy variopintas... y ninguna de ellas muestra incidencia comparable a la occidental de las enfermedades de la civilización. Para mí todo eso apunta no a que exista una dieta perfecta, sino a que existe algo en nuestra dieta que nos predispone a todas estas enfermedades, algo que nos acompaña desde el neolítico cuando nuestra esperanza de vida disminuyó 10 años. Probablemente el denominador común sea siempre el mismo: la ausencia de azúcar, principalmente del refinado, y el trigo probablemente sea el segundo gran sospechoso, sobre todo en sus versiones refinadas, aunque haya quien apunte al gluten como el culpable, existiendo algunos estudios que apuntan a una inflamación de nuestros intestinos al tratar de digerirlo (estudio). Pero tampoco podemos olvidar una segunda parte, otro denominador común de todas esta civilizaciones de con formas de vida semejantes a la paleolítica: la ausencia del sedentarismo

En mi opinión, por ahora y hasta que no aparezcan pruebas más fehacientes, la mayoría de problemas metabólicos se podrían eliminar quitándonos del azúcar y moviéndonos más. Es posible que haya razones genéticas por la cual hay quien pueda tomar alimentos con una carga glucémica más moderada sin tener problemas futuros, como es el caso de la población japonesa y su gran consumo de arroz sin aparente aumento de riesgo cardíaco, es posible que el consumo de cereales (sobre todo el trigo) incluso en su versión integral en la población general no nos sea beneficiosa, pero por ahora no me da la impresión de que la evidencia apunte a una eliminación completa, sino más bien a una simple reducción.

En resumen:
- Azúcar: Elimínalo, tómalo sólo el proveniente de la fruta. No sólo daña el sistema endocrino y cardíaco, sino también el nervioso.
- Ejercicio: Obligatorio.
- Trigo: Redúcelo al mínimo.
- Grasas trans: Elimínalas.
- Colesterol: Cómelo sin problemas.
- Otros cereales: Redúcelos si quieres perder peso, pero sin olvidar de comer hidratos sanos de verdad, la fruta y la verdura.
- Alimentos industriales: Son la peste, tienen todo lo que no deberías comer: Azúcar, grasas trans, harinas refinadas, sal y a menudo ”sirope de maíz alto en fructosa” (la fructosa en bajas dosis nos sienta bien, pero en grandes cantidades aumenta el riesgo cardíaco).
- Grasas saturadas: Se puede comer, aunque para muchos sigue en cuarentena.

3 comentarios :

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  2. Hola, me encanta leerte últimamente.
    Yo no me pierdo un poco con tanto término médico, pero me expresaré a mi manera.
    - Por una parte veo que tendemos a confundir azúcares e hidratos de carbono. No sé si es correcto exactamente, pero me creo que el azúcar es un hidrato simple. Cuando nos dicen que tenemos el azúcar alto, no es el azúcar blanca, son los hidratos los que están altos en la sangre, pero no porque sean malos los pobrecitos, sino porque el cuerpo se ha vuelto loco y no consigue procesarlos. Sobre todo, no consigue digerir los azúcares y harinas y cereales refinado.
    - Por otra parte el problema de fotografía yo no lo enfoco sobre si las grasas son malas o lo son los carbohidratos los malos, sino sobre el tema de que yo ahí no veo comida, veo algo que la industria alimentaria nos da para que no tengamos hambre y, hombre, alguna energía nos da, pero poco más. No veo cebolla, no veo pan, no veo patatas y el aceite no quiero ni imaginármelo. Por eso pienso que el debate no es si grasas, hidratos o qué, sino comida o algo que quita el hambre.
    - Y por último decir que el sedentarismo entiendo que nos aleja de nuestra naturaleza humana y por tanto nos mata.

    Bueno, que me gusta mucho leerte.

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    1. Muchas gracias, María Esperanza :). ¡Me alegro de que te guste! Siento si en algunas entradas me paso demasiado poniendo términos científicos, pero creo que hay algunos temas que lo exigen. Es decir, no puedo coger y escribir en el blog ”las grasas saturadas y el colesterol en tu dieta no te van a hacer daño en tu sistema cardíaco, pero el azúcar y probablemente el trigo sí”, así simplemente, porque nadie me va a creer xD. Este tipo de afirmaciones merecen que sean tratadas con cuidado, aún así he intentado que la cosa quedara más o menos clara :).
      Sobre lo demás:
      - Creo que andas un poco confundida con el tema. En la sangre de hecho no hay azúcar sino sólo glucosa, el azúcar de mesa es un disacárido llamado sacarosa que es una molécula formada por glucosa y fructosa a partes iguales, dos monosacáridos. Las harinas y demás productos de los cereales refinados, están formadas en buena parte por almidón, que es un polisacárido formado por muchas moléculas de glucosa. Cuando más refinada esté la harina, más rápido la convertiremos en glucosa. De hecho, si masticas mucho el pan, empezarás a notar que deja un sabor dulce debido a que nuestra saliva tiene amilasa, la encima que rompe el almidón.
      - Estoy de acuerdo con lo que dices. Si puse esa imagen fue por ese tópico de ”ir al mcdonald’s es malo para tu salud porque la comida está llena de grasas”. Una hamburguesa casera no tiene por qué ser mala (aunque quitaría al menos las patatas!), pero las de restaurantes suelen tener aditivos de todo tipo, azúcar, sal a espuertas y grasas trans. Pero se puede adelgazar comiendo sólo hamburguesas de mcdonald’s, aunque a la larga sean malas para nosotros.
      - Totalmente de acuerdo :)

      Y de nuevo gracias!

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