miércoles, 31 de julio de 2013

Adictos al azúcar

Fuente imagen: Wikimedia Commons
Excepto para ciertos individuos, el azúcar en general está bueno. La mayoría de nosotros hemos crecido con bollycaos, pan con nocilla, nesquik, helados, bizcochos, dónuts, magdalenas... No hablo necesariamente de bollería industrial, si no directamente de todos los productos que son de algún modo derivados del azúcar. 

El consumo de azúcar no es necesariamente malo, no soy un ferviente creyente de las dietas tipo paleo que afirman que como los trogloditas no tomaban azúcar nosotros tampoco deberíamos hacerlo. Un poco de azúcar no está mal, sobre todo si no nos preocupa tanto perder peso como tener una alimentación saludable. Pero un exceso de azúcar en nuestra alimentación está relacionado con muchísimas enfermedades que hasta no hace mucho se relacionaban con el consumo de grasas saturadas, como la hipercolesterolemia. Respecto a hace 30 años, consumimos menos grasa, sobre todo saturadas, pero aún así las enfermedades relacionadas con un consumo alto de lípidos tienen una mayor incidencia hoy en día que nunca antes, la única razón es que, por poner un ejemplo gráfico, aunque hemos empezado a cuidarnos del consumo de grasas, muchos siguen poniéndole azúcar al yogur desnatado. De hecho, los últimos estudios están exculpando a las grasas (incluso las saturadas) de los casos de la hipercolesterolemia a favor (o en contra, según lo miremos) de las dietas altas en azúcar. Por ahora las únicas grasas que siguen considerándose responsables son las grasas trans, como las que tenemos en los alimentos fritos.

El azúcar ha ido aumentando su consumo a medida que la capacidad adquisitiva de las clases trabajadoras fue aumentando en los últimos 500 años. Las cosas dulces están buenas, y a muchísima gente le cuesta hacerse a la idea de que tomarse un refresco azucarado puede ser más perjudicial para la salud que comerse un filete de cerdo. Estamos acostumbrados a picar comida y de las cosas dulces no nos preocupamos a menos que estemos contando las calorías. Pero el azúcar no sólo es perjudicial sino que también provoca adicción, cuantas más cosas dulces tomas más ganas de dulce tienes.

Tenemos que olvidar esas nociones de nutrición errónea que nos enseñaron años atrás. Esa abominable pirámide alimenticia donde las pastas están en la base de la pirámide alimenticia en un marco de alimentación saludable. Tenemos que empezar a pensar en los pequeños caprichos azucarados como algo de lo que no conviene abusar.
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lunes, 29 de julio de 2013

Balance del tercer mes de dieta

Para quien no lo sepa, estoy pasando el verano en la ciudad del viento y Al Capone (Chicago).
No es fácil tratar de comer sano.
Pocas novedades tengo en esta ocasión, sintiéndolo mucho por mi parte. Desde el último balance no creo haber perdido nada de peso, aunque no puedo estar del todo seguro porque no uso la misma báscula que antes, así que quizá haya ganado o haya perdido algo. La báscula actual me pesa 227 libras (102,7kg), habiendo desayunado y con zapatos (normalmente me pesaba en ayunas y en ropa interior), eso daría alrededor de los 102, algo menos en las mismas condiciones... pero como ya he dicho, es otra báscula y en el espejo no noto grandes cambios. Este mes lo estoy pasando por Estados Unidos. Por cuestiones de trabajo he ido a Chicago y aún me queda casi otro mes por aquí.

Estados Unidos el segundo país más obeso del mundo (desde hace poco México ha conseguido el bochornoso primer lugar del podio) y no es para menos. La gente por aquí está, en general, gorda. Aquí voy por la calle y no me siento un chico gordo como me siento en Suiza, donde estoy seguro que el IMC es bastante pequeño o incluso como en España. Para que os hagáis a la idea, el otro día por el Wal-Mart vi que tenían una caja de mini-donuts (donetes, vaya) había cuatro paquetes ”individuales” de 6 donetes, dos nevados y dos de chocolate, y todo por la friolera de 1,80€. Lo mismo más o menos que me costó el otro día un paquete de 250g de judía verde congelada. Pero no, tranquilos, que no me estoy hinchando a dónuts... si comiera todos los dulces a precios irrisorios que veo en el Wal-Mart engordaría, no me mantendría.

En resumen, estoy llevando bastante mal la dieta, y aquí peco más con lo salado que con lo dulce. Un día porque sí, otro día porque también... y en fin. Ahora desde la semana pasada estoy poniendo más esfuerzo consciente en cuidarme, porque comer fuera es tan barato que me da pereza hacerme algo sano en casa y llevármelo al trabajo, a ver si empiezan a notarse los frutos. Por otro lado sigo yendo al gimnasio. Con él, sólo hice el tonto la primera semana que estuve aquí, pero por si no lo había dicho antes, hacer ejercicio no es suficiente para perder peso así que tengo que espabilarme con la dieta si quiero seguir perdiendo peso. Al menos quiero poder decir para el próximo mes que he bajado de 100kg. A ver si es verdad.
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viernes, 26 de julio de 2013

Cómo reaccionamos según la dieta que realicemos

Cambio de la energía en reposo según la dieta que hagamos. El comportamiento
promedio es claro, pero para el individuo único no podemos considerar que haya
una única fórmula mágica que funcione porque la diferencia entre cada uno es muy grande.

A menudo lo utilizamos como mala excusa de nuestro sobrepeso. El otro día por otras razones escribí sobre las distintas morfologías y está claro que una persona endomorfa pura sin apenas cuidarse la dieta y haciendo mucho ejercicio puede llegar a estar espléndida. Un endomorfo puro, en cambio, se cuidará apenas la rutina de ejercicios mientras que hará una dieta muy estricta para obtener buenos resultados.

El cada persona es un mundo no debería, entonces, ser una excusa. Sino como una de las formas de plasmar el reto que resulta escribir que cuando decidimos cuidarnos, lo que tenemos que hacer es aprender a cuidarnos a nosotros mismos sin necesidad de copiar las rutinas y dietas de nuestro vecino. No porque yo haga la rutina física de ese amigo cachas que tengo va a significar que yo coja su cuerpo. No necesariamente una dieta baja en carbohidratos me irá mejor que una dieta baja en grasa, porque lo que los estudios muestran son promedios de población más que individuos (mirad esta entrada de ”Lo que dice la ciencia para adelgazar" donde está muy bien explicado).

Es necesaria una personalización, y no es que sea necesario que sea realizada por un especialista siempre (aunque ayuda). Podemos buscarlo nosotros mismos. La base para adelgazar es siempre la misma, comer menos comida de la que necesitamos (una dieta hipocalórica), pero sí que es cierto que según qué tipo de dieta hagamos nuestro metabolismo se va a ralentizar más o menos con lo que tenemos que buscar lo que mejor nos vaya tanto en cuestión de voluntad como de la matemática para mantener el metabolismo acelerado. Al final, la idea es que no nos rindamos porque a nosotros nos es más difícil adelgazar, sino que no nos rindamos porque lo que le vaya bien a una persona no tiene por qué irle a la otra.
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martes, 23 de julio de 2013

Crear músculo -parte II-: Anatomía básica



Parece mentira, pero en ocasiones hay gente que quiere desarrollar sus músculos sin saber cómo funciona su cuerpo. No digo que sea necesario saberse todos los músculos de nuestro cuerpo, pero sí que es necesario tener algunas nociones básicas.

Para saber cómo funcionan nuestros músculos y por qué permiten que realicemos los movimientos que realizamos, podéis buscar sobre la biomecánica muscular. Por ejemplo, en la imagen superior podéis ver un detalle de nuestro codo. El bíceps, que se llama así porque tiene dos puntos de sujeción, se agarra al hueso superior del antebrazo, el radio, de modo que cuando hacemos fuerza contrayendo el músculo podremos cerrar el codo. El tríceps es el músculo opuesto, que pasa por debajo del húmero y debe su nombre al hecho de tener tres puntos de sujeción (tendones), y pasa por debajo del codo de modo que nos permite realizar el movimiento de abrir el codo. Pero no tenemos en verdad sólo dos músculos, sino unos cuantos más que son los que nos permiten realizar toda una amplia colección de movimientos.

Aprendiendo un poco de la anatomía de nuestros músculos, sabréis por qué es necesario ir variando de ejercicios y por qué es necesario realizarlos correctamente. Nuestro cuerpo es sabio y si estuvierais todo el día haciendo levantamiento de mancuerna para bíceps, no desarrollaríais ese músculo hasta el nivel del de un culturista si no desarrolláis los demás y es que si desarrolláis mucho en músculo pero no su antagonista o sus vecinos vuestros brazos no crecerán. Además, podréis entender por qué los movimientos para entrenar un músculo deben de ser amplios y no hacer únicamente máquinas sino hacer mucho levantamiento de pesos libres (se implican más músculos). 

Otra cuestión interesante sobre la biomecánica es la conexión nerviosa de los músculos que nos ayuda a su coordinación: por eso si os interesa no sólo tener músculos hinchados sino saber utilizarlos para ser más ágiles y atléticos es bueno que no olvidéis hacer ejercicios que impliquen una buena cantidad de músculos. Por eso, sobre todo quienes estéis interesados en aumentar rendimiento deportivo y no sólo en hipertrofiar (es decir, hinchar músculo) es importante que estudiéis un poco cómo funcionan vuestros cuerpos para utilizar ese conocimiento teórico a vuestro favor y, esto sí que es para todo el mundo, evitar lesiones por entrenar de un modo incorrecto.
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sábado, 20 de julio de 2013

Crear músculo -parte 1-: Morfologías


Si habéis estado siguiendo mi blog y tenéis las distintas entradas leídas, sabréis que cuando queréis poneros a dieta también tenéis que hacer algo de deporte: ejercicio aeróbico para perder grasa y algo de tonificación para mantener masa muscular y evitar los estancamientos, pero hay demasiada información, así que a veces cuesta un poco saber cómo empezar. Os recomiendo que leáis mucho en internet, no sólo lo que diga yo (que puede ser incorrecto) y que vayáis con cuidado porque incluso quienes tienen músculos de acero pueden creer en muchos mitos falsos.

Lo primero es que tenemos que ser conscientes de que no todos tenemos una misma facilidad para crear músculo. En los hombres podemos distinguir fácilmente entre ectomorfos (canijos), endomorfos (de cuerpo blando) y mesomorfos (complexión por naturaleza atlética). Cada una de estas morfologías va a tener una dificultad distinta a la hora de crear masa muscular. Un gran ejemplo de ectomorfo es el de Bruce Lee, que entrenaba duramente día tras día a base de golpear al saco y apenas tenía una musculatura desarrollada. Bruce Lee era muy fuerte, pero simplemente su constitución no era de crear músculo, lo cual le iba muy bien porque tenía músculos fuertes y un peso bajo, es decir mucha agilidad. Los mesomorfos son los típicos hombres que con bastante facilidad cogen y pierden peso, normalmente de barriga, y que a la que vayan un añito al gimnasio toman una constitución atlética de aspecto muy sano, al estilo Ryan Gosling. En cambio, los endomorfos son los que tienen un cuerpo blando y cogen el peso con mucha más facilidad que la que lo pierden, pero también son los que por otro lado tienen más facilidad para crear músculo. Los luchadores de lucha libre serían un clásico ejemplo de endomorfos.



Estas morfologías no son puras en todos los hombres y normalmente resultamos ser una mezcla entre mesomorfo y una de las otras dos (supongo que podríamos hablar de distintos grados de endomorfismo). En las mujeres esto también sería aplicable, los cuerpos en forma de pera o manzana corresponden a los endomorfos, en forma cilíndrica tirando a aniñada a los ectomorfos y en forma de reloj de arena a los cuerpos mesomorfos. Ejemplos de famosas, por ejemplo Jennifer Lawrence sería mesomorfa, Natalie Portman ectomorfa y Kim Kardashian endomorfa.

Hay que ir con cuidado porque mucha gente hace la clasificación de que endomorfos son los gordos, ectomorfos los canijos y los mesomorfos los cachas, pero hay mucho más detrás de eso, porque se puede ser ectomorfo y estar gordo a la vez, ni tampoco la altura tiene mucho que ver con vuestra morfología. Ser consciente de cuál es vuestra morfología, será importante porque dependiendo de cómo sea vuestro cuerpo vais a tener que hacer unas rutinas y una dieta distintas a la hora de tonificaros (lo que se conoce por hipertrofia muscular) o de simplemente perder peso. 
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jueves, 18 de julio de 2013

La pirámide del éxito en las dietas


Decidirse a ponerse a dieta es un sacrificio, un esfuerzo de voluntad y un in-pass en donde cambiamos nuestros hábitos tanto alimenticios como físicos. Llevamos un estilo de vida que nos lleva a tener sobrepeso, con todas sus consecuencias negativas para la salud, y es algo que decidimos cambiar. ¿Pero cuál es el rasgo que caracteriza el éxito de esta dieta? En mi opinión, no hay una sola cosa, sino tres: Voluntad, Dieta y Ejercicio. 

La voluntad es necesaria para empezar, para continuar, para finalizar... con la voluntad visualizamos nuestros objetivos y le echamos ganas a la dieta y al ejercicio. Sin una dieta correcta, no cambiaremos nuestros hábitos, no nos engañemos: las dietas milagro no funcionan ni tienen éxito; y el ejercicio suele ser el gran olvidado para muchos de los que nos ponemos a dieta. Falta de tiempo, falta de ganas o incluso vergüenza. Pero sin hacer ejercicio el resultado de nuestra dieta no será satisfactorio, seguiremos sin vernos bien y tendremos que hacer una dieta hipocalórica cada vez más y más estricta hasta el punto de asquearnos: el ejercicio es necesario para mantener el metabolismo activo y para que no perdamos músculo (que es lo que da firmeza a la carne) al adelgazar. Por otro lado, si hacemos mucho ejercicio pero no llevamos una dieta adecuada, lo más probable es que nos estanquemos rápidamente, poca gente puede hacer como el nadador medallista olímpico Michael Phelps que aseguraba que comía 10000 calorías diarias, pensad que corriendo una hora (a unos 9-10km/h) perderemos unas 600 calorías, lo cual no compensaría los excesos realizados en la cocina y nos estancaríamos rápidamente.

En resumen, es necesario seguir los tres pilares, porque siguiendo sólo uno podemos acabar con desórdenes alimenticios o simplemente no tener éxito en la dieta, y con dos no siempre es suficiente porque los resultados no nos resultarán satisfactorios y acabaremos por rendirnos. Si queréis perder grasa y queréis veros mejor, es necesario cumplir con estos tres pilares básicos. La pirámide básica de las dietas es flexible, porque podemos poner más de un vértice que de los otros, pero inamovible en su base. 
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martes, 16 de julio de 2013

Cuando la voluntad se rompe


La mayoría de los que a cierta edad hemos hecho alguna dieta, lo más probable sea que hayamos fracasado en alguno de los intentos de perder peso. Yo puedo contar al menos con las dos manos las veces que he querido perder peso y una vez he bajado a un peso con el que toda la ropa que tengo me está bien (unos 102kg), ya acabo dejando la dieta. El sentimiento de culpabilidad siempre viene luego. ¿Por qué no me cuidé más? ¿Por qué dejé de hacer deporte? 

Vivimos en un mundo de voluntades rotas, de gente incapaz de estudiar, de dejar de fumar, de dejar la sal... de mil y una situaciones en las que hace necesaria la voluntad y ésta se resquebraja. Pero para ellos no pasa nada. Un estudiante que suspenda asignaturas en la universidad es permisible, porque es normal. Alguien que no sea capaz de dejar el tabaco, se le perdona porque es un adicción. Tenemos que recordar ante todo que somos humanos, que nuestra voluntad es limitada, por mucho que podamos conseguir cosas increíbles si queremos. Y es que a veces, no es tan fácil querer algo hasta el punto de desear hacer el sacrificio.

La voluntad es la clave de todas las dietas, y es muy fácil para quien no le resulta un esfuerzo estar delgados ponerse a criticar. Aunque quizá los peores son aquellos que han sabido renunciar a la comida que les gusta y entonces se sienten superiores. Lo importante, y la idea con que quería que os quedarais en esta entrada, es que no es tan grave que nuestra voluntad falle. Si un día pasáis por delante de una panadería y no podéis evitar la tentación de comeros un croissant recién hecho, lo único que ha ocurrido es que vuestra voluntad ha tropezado, es como cuando un estudiante se pone al facebook mientras se supone que está haciendo un trabajo para clase. Pero un tropezón en nuestro camino a la vida sana, no significa que esté todo perdido, porque eso no significa que ya no podamos volver a él. Lo que tenemos que evitar a toda costa es esa sensación que a veces nos embarga de que si fallamos levemente, ya está el día perdido y por tanto podemos comernos lo que nos venga en gana o dejarlo todo. Un desvío es un desvío, pero podemos volver de él y seguir.
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sábado, 13 de julio de 2013

Dieta y ejercicio: ¿Hasta qué punto podemos cambiar?


He hablado unas cuantas veces de la necesidad de que cuando nos propongamos un objetivo seamos medianamente realistas para no acabar en decepciones. Pero existen casos bien documentados de gente que decidió hacer un cambio en su estilo de vida y consiguió cambios que, nos gusten más o menos, resultan impresionantes. En la imagen que corona este post podéis ver a John Stone. Un día de 2003 decidió cambiar su vida y empezar a hacer dieta y a machacarse al gimnasio y lo interesante para nosotros es que también documentó muy bien su transformación haciéndose una foto diaria (lo hizo durante más de 700 días). No había hecho nunca ejercicio y se le notaba en el cuerpo.


En las fotos de arriba podéis empezar a ver su transformación. Corresponde al cambio de un mes y luego de dos meses. Del primer al segundo mes ya vemos que prácticamente toda su barriga se le fue, pero en el segundo fue tonificando y perdiendo más y más grasa.


Más o menos medio año después ya se le puede ver la famosa ”tableta de chocolate”. Apenas tiene grasa y su cuerpo está tonificado. 


Sumando años, en 2009, el tío ha acabado con cierto aspecto de cruasán que para mí resulta un tanto antiestético, además que se nota que estaba haciendo una etapa de ganancia de masa y por eso no se le marcan los músculos, pero aún así el cambio es impresionante. Otra cosa chocante es que en ambas fotos el hombre pesa más o menos lo mismo (unos 100kg). No quiero acabar como él, no es eso lo que busco, pero este caso sobre todo me sirve para que darme cuenta de una cosa: quien quiere puede. Es todo una cuestión de voluntad, este hombre consiguió sacar voluntad y cambiar totalmente su físico... ¡y vaya si lo consiguió! Otra cosa que llama la atención, es que según él el hecho de documentar tan bien su cambio físico le sirvió para mantener su voluntad siempre arriba, pudiendo ver sus cambios de peso y de porcentaje de grasa con el tiempo. Algo que ya os comenté que podía ser importante en la entrada sobre la importancia de ir midiéndose en las dietas

Podéis ver más sobre la transformación física de John Stone tras empezar a hacer dieta y fitness en su página web: http://www.johnstonefitness.com/

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jueves, 11 de julio de 2013

Mis debilidades


La comida es una adicción, ya lo he dicho antes. Trato de mantener la voluntad fuerte, pero no siempre soy capaz. Ya son muchos años de malos hábitos alimenticios y eso cuesta de cambiar. 

Ya han pasado unos 6 años desde que engordé de unos 90 kilos a los 111 que llegué a pesar. Como a muchos, simplemente pasaba una época estresante. Dejé de ir a karate, algo de lo que me he arrepentido mucho (ya sería cinturón negro), y descubrí lo bueno que estaba el ”Muesli Crujiente de 2 chocolates” que vendían tanto en el Eroski como en el Mercadona. Ahora lo pienso y comía muy compulsivamente, recuerdo que tenía la barriga fatal del exceso de comida, de manera que acabé engordando sin apenas darme cuenta. Los primeros kilos al menos fueron bastante de músculo, y por eso no he llegado a tener mucho aspecto fofo, no engordas igual si has hecho deporte que si no.

Ahora ya tengo en la lista negra de lo que no puedo comprarme las galletas tosta rica, la nocilla (la de la marca LIDL) y el muesli crujiente de chocolate. Alguna vez me he comprado y he acabado arrepintiéndome. El chocolate también ha acabado siendo un problema, si tengo una tableta en casa, soy incapaz de hacer que dure y soy capaz de comerme una tableta yo solo de una sentada. ¿Más vicios? La comida china, la más grasurienta y de sabor indeterminado que podáis pensar -el característico sabor del glutamato sódico- de la que soy capaz de comer hasta hincharme y más allá. También el queso, el cual al menos soy capaz de disfrutar sin necesidad de engullir y es de las cosas con las que estoy poniendo esfuerzo ahora.

Son comidas en las que procuro no pensar. Mi voluntad desfallece cuando pienso en ellas, en la sensación de placer de su dulzor al tomarlas con un buen vaso de leche con nesquik. Aún en ocasiones he vuelto a comer, y hasta he conseguido controlarme para no zampármelo rápidamente haciendo acopio de voluntad. Pero me temo a mí mismo y sé que no siempre tendré esa voluntad. Intento concienciarme siempre sobre llevar una vida sana porque creo que así, quizá algún día sea capaz de tener estas cosas en la despensa y comerlas como una persona normal, en vez de como un adicto. Sólo necesito voluntad y tiempo.
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martes, 9 de julio de 2013

Noom: Programa para perder peso con el teléfono móvil.

Fuente: Xataka-Android
Si hay algo que llevamos todo el día encima prácticamente todo el mundo hoy en día, es el teléfono móvil. Es por eso que quizá os interese algún sistema de pérdida de peso que podáis seguir con vuestro teléfono. En este caso, Noom es un programa para perder peso disponible en su versión ”lite” gratuitamente para Android y iPhone (existe también una versión pro que cuesta 3,99€).

Noom se basa en tres pilares básicos, y bastante correctos: Cantidad de calorías, actividad física y calidad de tus comidas. Las comidas se basan en tres distintos tipos: sanas (verde), de consumo moderado (amarillo) y de consumo limitado (rojo). Se supone que para perder peso tenemos que comer un 50% de calorías verdes, 35% amarillas y un 15% de las rojas. De esta manera se asegura de que comeremos de una manera equilibrada, se supone. Además el programa tiene en su pantalla de inicio algunos consejos que van enviando los programadores a través de internet que normalmente son bastante útiles, pequeños artículos sobre la obesidad, las dietas, la pérdida de peso y la vida sana en general.


También Noom sirve para introducir el ejercicio que hagamos, e incluso dispone de un programa para cuando salgamos a correr o en bicicleta que utilizando google maps y el gps nos dirá cuántos kilómetros hemos corrido (algo similar a lo que ya hace runtastic). Pero también puedes poner a mano otro tipo de deportes (tiene bastantes deportes en su base de datos) con lo que puedes poner cuánto tiempo vas a estar haciendo karate y también te contará las calorías.

En general es un programa bastante completo, y quienes no sepan nada de nutrición puede ayudarles mucho a aprender a comer de un modo más sano, pero para mí el sistema de tres niveles se me queda corto, además que no tiene en cuenta las comidas post-entreno. Otra cosa que tampoco me hace gracia es que te cuente calorías para las bebidas light cuando éstas, en general, no tienen calorías. Sus razones son las mismas que esgrimí yo en una entrada hace unas semanas, que comer con una coca-cola hace que acabes comiendo más, pero aún así a mí personalmente me parece una chorrada igualmente contártelas, yo creo que simplemente lo que tratan de evitar es que nos hinchemos a refrescos light como mucha gente en Estados Unidos hace. Por otro lado me daba problemas cuando ponía que iba a hacer un deporte que no implicara salir a la calle, me saltaba un aviso ”Te toca empezar tu ejercicio de Artes Marciales”, y entonces me saltaba el mapa con el GPS, algo que no tiene ningún sentido. Pero no debe ser más que un bug que acabarán por solucionando.

En definitiva, si andáis un poco perdidos y queréis probar un programa para el móvil con el que perder peso, echadle un vistazo a Noom, porque está bastante bien. Eso sí, os aviso de que el programa sólo está parcialmente traducido al español.
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sábado, 6 de julio de 2013

El IMC como indicación de obesidad

Fuente: Página de wikipedia inglesa sobre el IMC

Si alguien os dijera que ha hecho un índice que parametriza la obesidad que funciona para el 70% de población probablemente pensaríais que un 70% de gente es muy poco. Un 8,1% de los hombres se encuentran dentro de los parámetros de un peso normal según el IMC y tienen sobrepeso, mientras que un 17,5% tienen un IMC que les dice que tienen sobrepeso mientras que en realidad tienen un peso dentro de los límites de lo saludable. Estamos hablando de que a un 25% de la población masculina el IMC no les funciona, con cierto sesgo en hombres entre 25 y 30kg/m^2 de IMC para quienes hay una mayor sobreestimación de la obesidad.

Según mis datos actuales de porcentaje de grasa, estoy en un 27% (utilizando la fórmula de la marina americana para calcular el porcentaje de grasa). Es decir, aunque esté en el cuadrante superior derecho de la gráfica, si consigo perder dos kilos de masa gasa (entre dos y tres kilos según qué porcentaje de músculo pierda), estaría en un límite razonable de sobrepeso en el que no se vería afectada mi salud, en comparación con el IMC que me dice que debería pesar 82kg para estar bien de peso. Es un sinsentido que haya prácticamente 20kilos de diferencia.

Aquí permitidme que me ponga un poco más científico. Pero no tiene mucho sentido hacer un índice de obesidad que se base sólo en la altura. Habría que hacerlo siempre con la altura y nuestro contorno. Un IMC científico sería aquél que estime la densidad de nuestro cuerpo en unidades arbitrarias, por tanto dependería de la inversa de nuestra altura y de la inversa del cuadrado de nuestro contorno, suponiendo que somos un cilindro. Algo así como: 

IMC_científico = Peso / (Altura · Contorno^2).

Es por eso que no es suficiente con que os fijéis en el peso. Estoy viendo a gente que se pone un número mental del peso que le gustaría tener sin que éste sea razonable. Que tengamos amigos con altura similar a la nuestra que pesen 15kg menos que nosotros, no significa que tengamos que adelgazar todo eso para perder un poco de barriguita (no lo digo por mí, si no por casos que he visto en foros). Hemos de empezar a quitarnos de la mente lo de los pesos estándar y asumir que cada uno tiene un peso ideal que puede variar con el del vecino en una o dos decenas.
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jueves, 4 de julio de 2013

Hacer dieta no siempre es suficiente


Para los que tenemos sobrepeso, lo más normal es pensar que perdiendo esos kilos de más vamos a solucionar todos nuestros problemas tanto anímicos como físicos y que estaremos guapísimos una vez veamos nuestra tripita plana.

Pero, sin ánimo de desanimar, a veces con eso no es suficiente. Por ejemplo, un viejo amigo cuando cumplió 18 años estaba preocupado por su aspecto físico, así que se metió en un gimnasio y como su problema no era el sobrepeso sino el no haber hecho nunca deporte, en medio año ya consiguió una más que notable mejoría. Pero cuando se miraba en el espejo, no se veía mucho mejor que antes, porque su problema no era que antes no fuera al gimnasio sino que no se preocupaba por su físico. Nunca se había preocupado demasiado por los puntos negros que le recorrían el rostro, ni de quitarse el entrecejo o de hacerse una limpieza dental... tenía un aspecto tirando a desaliñado. Estoy seguro de que estando tal y como estaba y puliéndose esos detalles de su aspecto, él mismo se habría visto mucho más favorecido. ¿Su problema? Temía que pareciera que se preocupaba excesivamente por su físico.

La opinión general nos vende que la belleza ha de ser algo natural, por lo que no está bien visto que alguien se preocupe demasiado. Pero quien dice eso es porque nunca ha necesitado hacer dieta, porque en su familia aprendió a comer de un modo sano, o porque tiene un metabolismo agradecido, o porque no ha tenido la cara infestada de granos. Entre parecer figuras de cera y parecer el primo hispanohablante de George R Martin hay un gran trecho y una vez decidimos ponernos a dieta, hemos de pensar en que no hay nada malo en querer corregir otras cosas de nuestro físico que estén dentro de nuestro control y nos traumaticen: Hacerse un corte de pelo que nos favorezca, llevar ropa de nuestra talla, lavarse la cara con un exfoliante y ponerse alguna crema... Son pequeños ejemplos y gestos con los que nos sentiremos mejor quizá no inmediatamente, pero ayudarán a que una vez hayamos terminado la dieta, nos topemos con ese amigo a quien hace mucho que no vemos y nos suelte un ”¡Qué bien se te ve!”.
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martes, 2 de julio de 2013

Estancarse en la pérdida de peso


La voluntad que tenemos para hacer un cambio de estilo de vida está siempre condicionada a los resultados físicos que obtengamos. Yo ha habido semanas que me he estancado y debo reconocer que quizá me preocupo en exceso. No dejo de hacerme el examen mental: ”¿Lo estoy haciendo bien?”. 

Pero tenemos que pensar en que entre como estábamos y vivíamos, nuestros hábitos... Si hacemos cambios para mejor, nuestro físico quizá lentamente irá evolucionando para mejor. De la gente que conozcáis que lleve años comiendo de verdura, algo de carne, concediéndose de vez en cuando algún capricho pero sin pasarse, haciendo deporte, moviéndose y demás... ¿Cuántos de ellos tienen sobrepeso? A veces de hecho lo mejor es que si llevamos un tiempo estancados, nos demos un pequeño homenaje, una comida de descanso y luego eliminemos toxinas mediante tés o alimentos como la alcachofa.

Estamos acostumbrados a la inmediatez, pero para hacer ciencia, se necesita paciencia, y en el fondo lo que hacemos es aplicar una vida sana y utilizar nuestro cuerpo como laboratorio. Eso no quita que nos hagamos un examen de conciencia, preguntarnos si no estaremos saltándonos la dieta demasiado, si no estaremos tomando quizá demasiado azúcar, demasiada poca agua, demasiadas grasas... Yo trato de no preocuparme demasiado, conscientemente hablando, cuando llevo más de 10 días sin notar ningún cambio en la báscula, entonces hago cuentas de cuántas calorías he estado comiendo, qué alimentos he estado comiendo o si he hecho ejercicio.

A veces los pequeños detalles pueden marcar la diferencia, pero no tenemos que agobiarnos con ellos. Si llevamos una vida sana, cambiamos nuestros hábitos para mejor, nuestro cuerpo lo acabará notando, aunque a veces tengamos semanas en que simplemente no bajemos de peso.
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