lunes, 16 de mayo de 2016

Imagen de marca: ¿Cómo elijo mi foto de perfil?



Si vierais la foto de un tal "Sergio Espinar" (@SentirseGood), y tuviese de avatar el logo de la izquierda... ¿le seguiríais?
Siguiendo en la estela de la última entrada, en esta ocasión voy a profundizar un poco más en un tema que me parece clave a la hora de planificar una entrada en redes adecuada: Imagen de marca.

¿Habéis oído hablar alguna vez del efecto halo? Muy en resumen, el efecto halo es un sesgo cognitivo por el que deduciremos características de otras sin relación directa. En el caso de la imagen de marca, se aplica al aspecto. El efecto halo es lo que hace que cuando vemos una página web de corte anticuado o un logo en twitter cutre que parece hecho con el paint, pensemos que es una persona que a priori no vale la pena seguir. Esto incluso podríamos extenderlo a otras variables de la comunicación, si una persona escribe faltas de ortografía deduciremos que es una persona inculta y que por tanto es imposible que sepa de nutrición, aunque sea una crack de la fisiología humana. Imaginaos que Sergio Espinar tuviera el logotipo de la izquierda que yo, de buena fe y gratuitamente, le he diseñado... ¿tendría la misma cantidad de seguidores?

Reconozcamos que es injusto, que sólo por tener un diseño más bonito o un estilo de escritura más agradable vamos a tener mayor posibilidad de encontrar un público que nos aprecie. De hecho es este efecto que hace que demos por hecho que la "prisionera ridículamente fotogénica" no pasó mucho tiempo encarcelada.


Pero por suerte, no tenemos por qué tener un logotipo profesional como es el caso de Sergio Espinar, de hecho es algo que a priori no os recomendaría cuando empezáis si queréis haceros un twitter profesional, pero personal. ¿Por qué?, me preguntaréis. A la gente no le gusta seguir marcas corporativas. Tenéis que tener todo muy bien cuidado para que si empezáis con una cuenta con un tono profesional vuestros potenciales seguidores no tengan la impresión de que pretendéis venderles algo o simplemente que les estéis siguiendo para tratar de crear un vínculo desequilibrado (te sigo porque quiero influir en ti). Es de hecho uno de los esfuerzos en los que nos vemos en la comisión de redes de Dietética Sin Patrocinadores, tratar de hacer una cuenta tanto corporativa como cercana, es lo que llamamos cariñosamente el estilo Luka.

Buscad en twitter y tratad de descubrir quiénes son los más influenciadores, normalmente son personas o agrupaciones de personas... ¡nunca empresas ni cuentas corporativas! Los casos son normalmente raros y es porque se hace un esfuerzo desde el equipo de community managers para tener un aire cercano que asemeje al de las personas de a pie.

En redes, crear una imagen de marca es tratar de mejorar y poner de un modo coherente todo el lenguaje no verbal: El diseño de tu cabecera, tu nombre e imagen de usuario, el tipo de contenidos que compartes, lo que escribas, cómo interaccionas con los demás, el uso o no de infografías, si propias o no, con qué diseño, si tienes además un blog detrás o no, si te dedicas a crear más contenidos propios o a retuitear. De nuevo la mayor recomendación práctica que puedo daros es que tratéis de ser coherentes con cómo sois vosotros. Si os gusta escribir, si os gusta navegar entre documentación científica, compartid esa información. Si os gusta seguir a los demás, compartir artículos que os parezcan interesantes o simplemente absorber información ajena, no hay ningún problema, podéis dedicaros a dar vuestro feedback sincero a los demás. En la próxima entrada hablaré de cómo crear contenidos más efectivos e impactantes.

Recapitulemos antes de seguir: Cuidad vuestra imagen, pero no demasiado a menos que queráis parecer robots. Por lo demás, tratad de ser coherentes con vuestros gustos.

Aquí es donde entra lo que yo en la charla llamé "El dilema de la foto de perfil", lo llamo así porque en el uso de la imagen de perfil realmente se encuentra buena parte de toda esa información no verbal que queremos transmitir y donde más incorrecciones veo. Dejadme que os ponga el mismo ejemplo que puse durante las jornadas, son distintas fotos de perfil que ha utilizado Pablo Zumaquero:
Fotos publicadas con permiso de Pablo Zumaquero
Durante la charla le hice la pregunta al público. ¿Cuál de las tres imágenes os parece más adecuada? Pensadlo antes de seguir leyendo, con lo que habéis leído.

Si mi capacidad de transmisión es la adecuada (y la vuestra de comprensión :P , pero centrémonos en mí) entonces deberíais haber desechado directamente la foto número 1. Es un tipo de foto que he visto bastante común entre profesionales de la salud, una foto con la bata de laboratorio que parece la foto de vuestro currículum... ¡mala idea! O lo que es peor, no es tan raro ver la típica foto de la orla universitaria. ¡Peor aún!

Ahora vayamos a por las elecciones complicadas. Hay distintos criterios que podríamos seguir a la hora de escoger una buena foto de perfil si queremos dar un aspecto profesional:
  1. Que la foto sea de buena calidad
  2. Que la foto sea sólo de nosotros: No la típica foto en grupo recortada
  3. En un entorno serio: Ni se os ocurra, nunca en la vida, poner una foto con el cubata en la mano
  4. En un entorno profesional
  5. Que transmita una imagen agradable y humana
Contando estos criterios, la segunda foto ganaría en todo excepto en el entorno profesional, en la que ganaría la tercera. P. Zumaquero es un excelente enseñante y en la tercera foto se le nota de lejos. Pero la calidad, el aspecto de persona agradable que exhuma y el hecho de que se note un entorno serio, hacen a la segunda foto la ganadora. Pablo al ser no sólo un docente, sino también un gran dietista-nutricionista orientado a la práctica clínica, tiene una cuenta en la que no sólo tiene que preocuparse en ofrecer una imagen profesional sino también en mostrarse especialmente humana es importante.

Aprovechad ahora estos conocimientos para revisar un poco no sólo vuestra imagen de perfil, sino la de los distintos perfiles que veáis (os avanzo, la mía no es correcta). Veréis muchas imágenes quizá no coincidan con sus criterios, o que simplemente funcionen tal cual. Para estas cosas no hay unas reglas universales y por supuesto no tenéis que temer arriesgaros. Excepto en el uso de la comic sans para el logo, claro.

Parece una tontería, pero el uso de la tipografía adecuada en el momento adecuado, es algo clave a la hora de proyecta una imagen de marca. Recuerda, di NO a la Cómic Sans.

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miércoles, 11 de mayo de 2016

¿Quieres sacarle provecho a twitter? Relaciónate con los demás


Esta entrada es la reformulación de una ponencia realizada junto a Lucía Martínez (Dime Qué Comes / @Dimequecomes) en las #JornadasDSP de Dietética Sin Patrocinadores (asociación científica de la que, como quizá sepáis, soy miembro activo).

¿Os habéis preguntado alguna vez cómo conseguir tener más éxito en redes sociales? Hace ya bastante, hace más de tres años, que empecé con todo esto y, tras la experiencia que había adquirido con mi anterior blog y viendo cómo le iba a mi mujer con sus redes, pensé que podría aplicar todo ello para conseguir hacerme un hueco en temas de nutrición. ¿Cómo de difícil podría ser -pensé- si sólo es cuestión de controlar las calorías? Luego me encontré con todo este percal, pero esa es otra historia.

Quise informarme de cómo hacerlo bien. Decidí abrirme junto al blog una cuenta de twitter en donde escribiría sobre mis avances, pondría frases motivadoras y un largo etcétera. Me iría súper bien, porque según había estado leyendo en los manuales sobre marketing digital, tenía que hacer algo así:


Os podéis imaginar cómo yo pensé en que estos consejos estaban suficientemente bien como para programar publicaciones, pensar en qué hashtags inútiles utilizar y demás... ¿Y sabéis qué? No me sirvió de nada. En absoluto, quizá llegaba a 100 followers, gracias a que Elena recomendaba mi cuenta a sus seguidoras.

En mi pugna por conseguir ser influencer, y también para aprender más cómo cuidarme, en nutrición iba siguiendo otros blogs que me parecían interesantes, blogs que he mencionado a menudo, y de los que no dejaba de aprender. Cuando empecé a entender cosas, empecé a dejar mis propios comentarios dando mi opinión al respecto. No lo hacía con ningún objetivo preciso más que por puro interés, en realidad, pero poco a poco me iban conociendo y el yo científico salía a la luz encontrándole interés a todo este mundillo.

Cuando pienso realmente en momentos que han sido clave para mí en redes, no han sido grandes entradas de blog ultra-compartidas o ultra-visitadas sino en momentos en los que tuve algún tipo de interacción con alguien interesante. Cada momento destacable en redes, no pertenece a mí mismo, no se trata de una métrica hinchada, sino de alguien con quien a base de interactuar creé un vínculo.



Si me pidierais resumir mi charla y este post en una frase sería así de simple:
Olvídate de las métricas, recuerda que interaccionas con personas
Como en las mejores teorías científicas, es de ahí, de ese postulado del que partimos en el que podemos empezar a desarrollar las ideas de cómo llevar una red social. El esquema matemático que se utiliza en este caso es el de los grafos, que son básicamente una estructura matemática que describe interacción entre actores (por ejemplo personas en twitter, países relaciones diplomáticas o incluso partes de un circuito o neuronas) a través de vectores de comunicación. En mi trabajo, donde hacemos análisis de redes avanzados, aplicamos en ocasiones este tipo de herramientas, no os penséis que es una simple curiosidad matemática.

Con la matemática de redes podemos deducir muchísimas propiedades. Podemos ver hasta qué punto son importantes los followers (el número de líneas que van hacia nosotros) o el famoso engagement (el grosor promedio de la línea) y otras muchas cosas más, pero también descubrimos algo mucho más importante: a la hora de medir la influencia real no importan tanto las métricas como el hecho de relacionarte con las personas adecuadas a las que les guste interaccionar con nuestro contenido sin tener que forzarlo a base de hashtags.

Y es que una propiedad de las redes sociales (en general, no sólo digitales) muy conocida en sociología es la homofilia, la tendencia de personas semejantes a interaccionar entre sí. Es decir, los miembros de un subgrupo, zonas de mayor densidad en la red, formados se comportarán de un modo parecido entre sí. Es decir, es probable que la gente con la que más interacciono en redes sociales, tengan unos valores y una forma de ver las cosas semejante a la mía. De manera natural en los subgrupos se crean líderes de opinión, que con suerte compartirán sus opiniones con otros grupos cercanos (la distancia se mide en número de conexiones).

Yo, recién despierto en el primer hangout, cuando aún moderaba y me enrollaba como una persiana
Un caso definitorio en mi trayectoria en redes fue la fundación de Dietética Sin Patrocinadores y sobre todo aquel primer hangout #DSPPirámide. De golpe me vi rodeado de gente que sabía mucho más que yo, con una influencia mucho mayor que yo, con la que compartíamos a redes información de calidad. De golpe mi influencia, entre comillas, creció porque las mejores cuentas sobre salud interactuaban conmigo aún cuando el contenido era el mismo; aunque mi caso es algo distinto porque más que ser una persona influyente soy una persona central (alta intermediación) entre influencers; podríamos también destacar el poder que sería el caso de aquellos influenciadores de poca monta que por alguna razón consiguen atraer muchísimo la atención de determinado grupo de gente con cuentas pequeñas que sólo buscan absorber información en vez de aportar.

¿Qué es lo que hace que ciertas personas arremolinen a otras alrededor? Para esto es para lo que la presencia de Lucía Martínez hacía falta, para que de primera mano nos contara qué es lo que ella ve.


Sin haberle explicado a ella exactamente por dónde iban mis deducciones desde el análisis de grafos (y bueno, algo más hay, como la teoría de juegos), por pura intuición daba lo que no ponen los manuales sobre twitter. Ten personalidad, es decir ten una buena imagen de marca que sea reconocible, no seas una cuenta gris... diferénciate porque los líderes de opinión se diferencian, a la vez que no se preocupan tanto en lo que piensen de ellos (porque quien se preocupa, pierde personalidad para volverse más y más neutro), comparte y agradece sin pedir nada a cambio, porque es en la interacción con los demás donde se encuentra la fortaleza de las redes.

El marketing digital hoy en día está tan instrumentalizado y orientado a vender soluciones que te miden numeritos, KPIs los llaman, que se supone que funcionan bien para monitorizar el estado de nuestras redes. Pues bien, olvídate de ellos, no sirven para prácticamente nada en la mayoría de casos (y en tal caso, es mejor que lo aclaréis con un buen profesional). Antes de nada, plantéate para qué quieres usar las redes sociales de un modo profesional en nutrición, actúa consecuentemente, sé profesional pero no olvides tu lado humano interacciona con personas semejantes a tu interés, acércate a ellas y ellas se acercarán a ti, crea una red a tu alrededor.

En el mundo real un manual cutre de ligue te diría "mírala a los ojos", cuando sabemos que es mucho más efectivo un consejo del tipo "desarrolla tu hobby y conoce a gente". ¿Por qué toleramos entonces que nos hablen de un marketing digital tan técnico cuando la solución del éxito se encuentra en las otras personas?



Ya para finalizar os dejo con la presentación original. Mi intención es discutir los casos prácticos en una futura entrada, que si no esta entrada sería ya demasiado larga.

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lunes, 11 de enero de 2016

Entendiendo las redes sociales (II): Métricas en redes


Cuando nos metemos en el mundo de las redes sociales, las más populares siendo twitter, facebook o instagram, es importante querer medir cómo están yendo. ¿Estoy creciendo? ¿La gente me escucha? ¿Le interesa lo que escribo? ¿Cuál es el retorno obtenido? Todo eso y más se puede medir con los datos que nos proveen, incluso los usuarios de a pie podemos mirar cómo nos va en un vistazo mirando en twitter analytics, facebook insights o utilizando alguna herramienta de terceros que nos lo dé un poco más mascado como fanpage karma (gratuita para un usuario) o incluso herramientas algo más profesionales como es el caso de BrandChats (que además ofrece un servicio de monitorización, segmentación, detección de clientes, influenciadores, búsqueda por imagen o ubicación en instagram...).

En primer lugar, hay que entender que una métrica en redes no es más que eso: una medida secundaria de los resultados, no una medida de los resultados en sí. Para que nos entendamos, es semejante al caso de la medición del colesterol (ya sea el total si somos un poco de la vieja escuela, o el ratio entre HDL y LDL) para medir la salud cardíaca; existe correlación y por ello se mide en un laboratorio pero no es posible anticipar con total seguridad que una persona con cierto perfil lipídico tenga problemas cardíacos, vaya a tenerlos o no los tendrá en absoluto. Semejantemente, las métricas en redes se utilizan porque pueden ayudarnos a entender si estamos teniendo mejores resultados, pero una mejora en nuestras métricas no tiene por qué implicar que todo vaya bien. Para tener un escáner al completo de nuestra salud en redes sería necesario mirar las métricas y además un estudio de nuestro perfil de audiencia (demografía, intereses) y de contenidos para obtener un potencial de consumo y ver si estamos desarrollando correctamente nuestra marca personal.

En las jornadas de Innovación Dietética de Bite, Lucía Martínez, autora del blog Dime Qué Comes, habló del tema sacando algunas medidas de métricas que yo le envié con datos extraídos desde twitter de una marca de la industria alimentaria (Mahou) y tres conocidos Dietistas-Nutricionistas que participaban en el evento en cuestión (Lucía Martínez, Aitor Sánchez y Juan Revenga). Por cuestiones de espacio y claridad, os pondré una tabla resumen:



Followers
Engagement
71 829
0.006%
5 351
0.027%
12 414
0.026%
13 633
0.014%

¿Qué es lo que estamos viendo? Bien, para cada usuario (mahou_es, dimequecomes, midietacojea y juan_revenga) vemos dos medidas, a la izquierad están los followers que es en general lo que todos miramos para hacernos a la idea de cómo de interesante puede ser ese usuario para nosotros y a la derecha está el engagement (en este caso yo lo he medido con BrandChats, pero con p.ej. fanpagekarma.com también se puede medir). ¿Pero qué es eso? Bueno, el engagement es una medida de adherencia de la comunidad a vuestros contenidos, lo que mide exactamente es cuánto interacciona con vosotros la comunidad que tenéis detrás con el contenido que generáis en redes. 

El engagement es probablemente la medida a priori más sencilla que podemos tener que nos provee de mucha más información que el número de seguidores. Lo que podemos ver en la tabla superior es que aunque una marca típica de la industria alimentaria que mueve un gran volumen de ventas como Mahou tiene muchos más followers que el resto, no parece que la comunidad con la que trata de interaccionar esté muy adherida con el contenido generado en comparación con las espléndidas métricas de Lucía, Aitor o incluso Juan. Porque una cosa ha de quedar clara, la medida de engagement de Mahou está en el promedio, es bastante buena para ser una marca. 

En primera instancia, sin hacer un análisis más profundo, podemos decir que la influencia en redes de estos tres dietistas-nutricionistas es mucho mayor que la de la industria alimentaria. Entre estos tres, sería Aitor / @midietacojea quien superaría a los demás, seguido de cerca por Juan y Lucía.

Ahora bien, dejadme que os ponga un último ejemplo de métricas, en este caso las mías:


En el momento de la charla, a finales de noviembre de 2015, tenía 1545 followers y un engagement de 0.032%. ¿Significa eso que mi influencia en temas de nutrición, yo que por no ser no llego ni a intruso ni a buen divulgador de nutrición? Este es un tema más complejo, para el cual realizamos un vídeo para explicarlo, que debía ser proyectado en las jornadas pero no se pudo por problemas técnicos.


Del tema de las redes y de cómo influyen (y cómo explotarlas) hablaré en un futuro en una cuarta entrega o en un ciclo propio. Por lo pronto en la próxima entrada, escribiré orientándome a un término que habréis oído muy a menudo: el márketing de contenidos, tratando de entender los usos de cada red y algunos consejos un poco más útiles para vosotros.


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domingo, 3 de enero de 2016

Entendiendo las redes sociales (I): La dicotomía digital vs real


Muchos hablan de que nos encontramos en la era digital. Bien, dejadme empezar con una afirmación que para algunos resultará controversa: esto es falso. Esa creencia de que tenemos un mundo dicotómico que diferencia lo tangible de lo digital es una visión simplificada y limitante, y las consecuencias de esta visión nos limitarán a nosotros también en nuestros objetivos. El mundo es el mismo, tanto fuera como dentro de tu ordenador, las reglas generales, los comportamientos, son semejantes y sólo es necesario un ejercicio de abstracción para compatibilizar ambos mundos.

Lo único que han hecho las plataformas digitales es democratizar la comunicación, facilitando el acceso a todo el mundo para hablar y ser no sólo conocido sino reconocido. Pero al final, si queremos alcanzar reconocimiento en aquello que se nos da bien, tenemos que desarrollar una marca personal que vaya más allá de un pseudónimo en redes.

El auge del márketing digital ha traído a muchos supuestos expertos que tratan de vender resultados rápidos a gente inexperta y para ello se han utilizado métricas que supuestamente han de dar una idea de cuánta influencia tenemos en redes. La lógica está ahí: Internet nos ofrece la capacidad de alcanzar a una audiencia prácticamente global, y si lo hacemos bien deberíamos ser capaces de vender a mucha más gente. Pero no es tan sencillo. No se trata de alcanzar una audiencia, sino de crear una comunidad de clientes potenciales

Un caso ejemplar, orientado a la temática del blog, es la de un dietista-nutricionista que se crea una cuenta de twitter. El objetivo primordial debería ser la divulgación de calidad en cuestiones de salud, pero también la de cultivar una imagen de prestigio que con el tiempo reporte algún tipo de beneficio. Ya sean clientes directos, buscar gente que te lea que se interese por entrar en consulta como paciente, o algo más indirecto como gente dispuesta a pagar por un contenido más trabajado y de calidad, ya sea un libro electrónico para redes (Fitness Revolucionario / Marcos Vázquez), artículos profesionalmente pagados en revistas (caso de Dime Qué Comes / Lucía Martínez), como alumno en cursos especializados (caso de SentirseGood / Sergio Espinar) o incluso para ofrecer un software (caso de Mi Dieta Cojea / Aitor Sánchez).

En la próxima entrada, hablaré de cuáles son las métricas que se suelen utilizar y de por qué estas son limitantes, utilizando casos ejemplares. Y por primera vez... ¡un vídeo mío hablando del tema! Más adelante, escribiré una tercera entrada del ciclo hablando de la importancia de orientarse a los contenidos y a la audiencia a la que buscas alcanzar.


Crédito imagen: Sacha Fernández, bajo CC
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lunes, 9 de noviembre de 2015

¿Sirven de algo los sorteos en redes sociales? #1000euros

¿Es mejor invertir 1000€ en publicidad o utilizar este mismo dinero en un sorteo que provoque una reacción viral? Eso mismo se ha preguntado Joan Boluda, un consultor de Marketing Online español. Para responder a esa pregunta, se propuso realizar este experimento creando un sorteo con reglas muy sencillas, mencionar el hashtag #1000euros y mencionarle en twitter.

¿Qué tal fue? Utilizando el software de BrandChats, este es el resultado obtenido:


Un total de 4415 usuarios únicos han participado, ofreciendo una audiencia bruta* (ver nota al pie) de 4.373.940 personas, no está nada mal, ¿verdad? El márketing online es una disciplina relativamente moderna y con muchas formas de verlas. La idea general es que pagando poco dinero puedes alcanzar a una gran cantidad de gente. Genial, ¿no? Gastando tan sólo 1000€ y con tan sólo 4415 participantes podemos llegar a 4 millones, teniendo en cuenta las cifras de usuarios activos, podríamos contar más o menos una cuarta parte, eso sería una audiencia potencialmente real de más o menos 1M de impresiones. Es decir, cada euro gastado ha implicado alcanzar a mil usuarios. Alcanzar a la misma cantidad de gente en televisión, saldría muchísimo más caro, aunque el hecho de convertirse en hashtag no se puede dudar que ayudó. 

*La audiencia bruta se calcula según los seguidores de cada uno de los usuarios. Puede ocurrir que haya usuarios con followers coincidentes y se puede dar que aunque una persona siga a otra, esto no implique una impresión. El ratio entre oyentes potenciales (cuántos me siguen) e impresiones (cuántos de hecho han visto el tweet en su pantalla) varía mucho según la hora y el perfil del usuario. Para que os hagáis a la idea, he escrito este tweet hace 2h y según twitter analytics he tenido 130 impresiones, eso es un ~10% de impresiones respecto a mi audiencia potencial.

A priori parecen muy buenos resultados. Desde luego, si tu intención es llegar más o menos a un millón de personas, sin importar el público, está bien. ¿Pero este tipo de campañas sirven de algo? Podemos echar un vistazo a los usuarios, tratar de conocerlos. ¿Qué perfil demográfico tienen?


Es gente joven, predominantemente, y de grandes ciudades (un 20% de usuarios pertenecen a las cuatro primeras ciudades). ¿Y cómo podemos caracterizarlos como usuarios de twitter? Podemos ver cómo se distribuyen los usuarios según su número de seguidores, y luego podemos ver cómo se distribuyen en su actividad, es decir, ¿cuántos tweets ha publicado ese usuario? La idea es que muy a grandes rasgos, otro día hablaré del tema, podemos pensar que cuantos más seguidores en twitter tiene un usuario más influencia tendría sobre los demás, y cuanto más publique un usuario más inmiscuido está en la comunidad twittera.


Esta audiencia la calculamos sumando los followers de cada persona que ha participado, es bruta porque en general no todo el mundo ve las publicaciones que realizamos en twitter, ya sea por seguidores poco activos o porque se pierde en la inmensidad del timeline. Tristemente no hay mejor forma de medir las impresiones reales.

Viendo estos resultados, gente joven, con cuentas de twitter apenas activas, lo cual nos indica que probablemente sólo lo utilicen para participar en concursos o cosas semejantes, pero sin que verdaderamente estos usuarios podamos considerarlos de calidad. No tienen un poder adquisitivo decente, no responde a un perfil de comprador potencial de un servicio o producto, sólo a gente que busca encontrar gratis, ni siquiera podemos decir que tengan poder de arrastre y consigan dar a conocer el producto a otra gente. Simples promocioneros. Quizá este tipo de promociones puedan servir para dar a conocer una marca low-cost orientada a jóvenes varones de entre 18 y 24 años, ¿fuera de ese nicho? En mi opinión no sirve para nada.

Aún así, no hay que olvidar que la audiencia real sería virtualmente todos los usuarios de twitter en España, porque el hashtag #1000euros fue trending topic, eso nos daría a entender hasta qué punto la adherencia de semejantes sorteos es baja. Otra cosa a tener en cuenta es que el efecto trending topic que ha hecho que mucha gente que de otra manera no habría visto sobre el concurso, lo viera y participara, no se daría en muchas más ocasiones, la novedad se perdería y dejaríamos de tener trending topics de este cariz, ya sea porque los usuarios perderían el interés o porque twitter pondría remedio (ya que ofrecen la opción de poner hashtags promocionados). Aún así tengo que reconocerle al consultor que ha conseguido hacerse un buen márketing a sí mismo, estoy seguro de que algunas decenas de pymes le contactarán esperando conseguir un efecto semejante. Pero este arma de viralidad tiene las balas contadas, en un futuro, usuarios relevantes como "Noticias Cuatro" o "El periódico" no se harían eco de algo que no consideran una novedad, el alcance sería mucho menor, y los usuarios no participarían en tan gran medida por la falta de novedad, excepto promocioneros que son de poco interés a las marcas.
Cuando orientas el márketing online a números y a métricas, podemos ver números bastante impresionantes. ¿1000 usuarios alcanzados por euro gastado? Suena muy, muy bien. Y es que las campañas virales tienen un efecto potente en las métricas. Como alguien decía por twitter, "Temblad, adwords".
Pero un análisis no demasiado exhaustivo permite que veamos una cosa muy simple: La cantidad no se relaciona con la calidad. Sortear dinero en twitter, o cualquier otro sorteo en general, sirve para hinchar los números, sobre todo cuando tenemos que responder a un superior que busca resultados tangibles y números en color verde que indiquen que todo está bien, o clientes que no acaban de entender cómo funciona el márketing digital. Pero orientarse en números es tan sólo el primer nivel de complejidad. ¡Tenemos que buscar la calidad y no la cantidad! Por una simple razón, porque podemos, porque la información está ahí, sólo hay que buscarla.

¿Queréis gastar 1000€ en publicidad? Aprended cómo funciona el mundo digital del nicho de mercado en que estés interesado, buscad influenciadores, sobre todo a los influenciadores de pequeñas comunidades que tienen un poder de influencia muy grande (si os gustan los anglicismos, digamos que tienen mucho engagement). Cogéis a 10 de estos influenciadores, pongamos que de entre 5000 y 100000 seguidores, les podéis pagar 100€ a cada uno de ellos por un par de tweets muy orientados al tipo de público que esperáis encontrar, que se encuentren alineados con tus valores de marca. Usando estos usuarios, encontrarás una gran amplificación (me refiero a gente que comparte el contenido que te interesa desde los nodos donde tú has intervenido) orientada en los usuarios que buscas. 

Pero para eso, necesitáis conocer a la audiencia que buscas, saber realmente quién es influyente, conocer el terreno y alcanzar a los usuarios con un rifle francotirador, dándoles lo que les interesa desde las fuentes que les interesan. Todo lo demás es matar moscas a cañonazos.


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domingo, 20 de septiembre de 2015

Por qué puede que no adelgacemos (sólo) comiendo sano


Yo mismo lo he dado a entender en más de una ocasión: ¿Quieres perder peso? Quítate de los procesados y los refinados, porque son calorías superfluas. Pero a la hora de la verdad, vemos que no siempre es así. A veces simplemente por comer saludablemente no adelgazamos o nos estancamos tras los primeros kilos.

Cuando empezamos a darle a nuestro cuerpo gasolina de marca nos lo agradece. Se desinflama, disminuye retención de líquidos y recupera la sensibilidad a dos hormonas clave: la insulina que nos permitirá un intercambio de nutrientes suave a través de la membrana celular y la leptina, una de las principales hormonas de la saciedad. Por supuesto que se trata de una simplificación, hay otras muchas hormonas entrando en juego, entretejidas como una telaraña tratando de alcanzar un estado promedio lo más estable posible: la homeostasis.

1. ¿De verdad comes tan bien como crees? 

Seamos sinceros con nosotros mismo. ¿Cuántos caprichos porque un día es un día te das? ¿Cuántos homenajes ultrapalatables te das semanalmente? ¿Cuántas calorías vacías tomas entre horas para paliar el hambre? A veces no nos damos cuenta de hasta qué punto comemos pseudo-alimentos que poco hacen para nuestra dieta, y que encima ni siquiera nos sacian para compensar una reducción de ingesta en el resto de comidas (ya hablé del tema en la entrada: ¿Existen alimentos que engordan?). 

Lo sé, a nadie le mola que le pongan en duda, pero a veces es necesario este examen de conciencia. No podemos pensar en hormonas, en homeostasis y en calorías si pensamos que un desayuno de frosties es saludable o si para aguantar las 3 horas entre la comida y la merienda nos metemos un paquetillo de galletas (o quizá medio, que hay que cuidarse).

Preguntarse el porqué de no adelgazar es paralelo al porqué de haber engordado.


2. Te has estancado tras perder unos cuantos kilos

A nuestro cuerpo eso de mantenerse en un estado semejante le mola, los cambios bruscos no nos sientan fisiológicamente bien y por eso el clásico de "si me quito 50kcal diarias del azucarillo, en un año, perderé 2.5kg", no funciona. Por eso, cuando en un periodo de, pongamos, medio año, perdemos un 10% de nuestro peso, es posible que nuestro cuerpo regule a la baja su gasto y envíe señales de hambre porque el estado endocrino que conoce y le guste es el del peso anterior.  

Una vez corregimos los estudios de riesgos de enfermedad por estilo de vida, si hacemos ejercicio y si comemos sano, el sobrepeso no es un factor tan importante... Aunque personalmente, no pondría la mano en el fuego. 

Cuando lleguéis a ese punto en el que tan sólo por comer saludablemente de verdad (al punto 1 me remito) no bajéis de peso, quizá lo que quede sea revisar las calorías y bajar el tamaño de las porciones. A nadie le gusta contar calorías cada día, pero hacerlo una vez por semana o por cada dos semanas no es tanto, como ya comenté hace tiempo, y puede hacernos ver si estamos haciendo las cosas bien.

3. Puede ser que estés en tumba metabólica

No es tan común como algunos  se creen, pero no es para nada raro. El pasar años y años estando a una dieta que no es dieta, que pierdes peso y lo recuperas, que comes muy bajo en grasas, dándote algún pequeño gusto como una chuchería o algún bollo. Pero siempre dentro de las calorías, más o menos... Ahora para perder tienes que bajar cada vez más las calorías, incluso por debajo de 1000kcal, aunque sabes que nadie lo recomienda, pero qué sabrán ellos, pensarás ¿Os suena de algo?

Debido a un efecto conocido como termogénesis adaptativa, al hacer una dieta de baja calidad y muy baja en calorías, disminuye el gasto en reposo hasta mínimos sorprendentes. De modo que acaba siendo imposible perder peso. No hay que olvidarse de que, aunque la energía siempre se conserva y para perder peso hay que llevar una dieta hipocalórica, el gasto calórico también es importante.

Leed sobre el tema en profundidad en esta espléndida entrada de Sergio Espinar.

4. ¿Has estado haciendo ejercicio?

Cuando perdemos peso, hay bastantes posibilidades de que junta a la pérdida de grasa haya pérdida muscular. Cuanta peor calidad tenga la dieta, más probabilidades hay, por poner un ejemplo una dieta baja en hidratos de calidad puede tener una pérdida casi nula de masa magra mientras que una de mala calidad, la típica Dieta Dukan, puede hacerte perder más del 50%. Más info en #DSPObesidad.

Hacer ejercicio de fuerza, que estimule al músculo, ayuda a mantener esa masa magra. La energía que gastamos durante el día depende estrechamente de nuestro peso. Si pensamos en nosotros como un coche, perder el peso de la grasa equivaldría a grandes rasgos a vaciar el maletero y perder peso de músculo a disminuir el tamaño de nuestro motor. Lo que nos interesa es tener un motor potente, que se mueva con energía y por tanto gaste más calorías, y el maletero vacío, sobre todo si queremos ganar una carrera o marcar el chasis

5. Puede ser que no estés haciendo una dieta adecuada para ti

En nutrición hay muchas guerras entre dietas. Están los que recomiendan una dieta baja en grasas, los que recomiendan una baja en hidratos, los que recomiendan una dieta sin gluten, los que recomiendan dejar la carne... hay de todo tipo. Al final lo que suele ocurrir, en general, es que a cierto tipo de persona le va bien una dieta u otra. Un caso claro es el de la sensibilidad a la insulina, en gente resistente una bajada en hidratos les lleva a una pérdida de peso y en gente sensible les resulta mejor una dieta baja en grasas, hablé sobre el tema en el ciclo de entradas sobre dietas bajas en hidratos de carbono.



Pero en verdad, hay mil razones por las que podríamos tener un peso aumentado. ¿Sufres de hipotiroidismo? ¿Diabetes tipo II? ¿Quistes ováricos? Aunque en blogs y en medios se den muchos consejos genéricos, a menudo es necesaria la personalización. Con todo, no tenemos que olvidar hasta qué punto la obesidad es algo multifactorial, simplificar las razones es imposible y siempre será posible que ni por esas podáis escaparos. Para eso está bien que busquéis un dietista-nutricionista de confianza, un ejemplo, u otro, u otro, u otro... 


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