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martes, 11 de junio de 2013
Lo malo de ir al gimnasio
Ya en más de una ocasión he hablado de los beneficios de ir al gimnasio: aumentar la masa muscular aumenta el gasto calórico basal (i.e. en reposo) y hace que, en general, nos veamos mejor. ¿Pero es todo bueno? El mundo está lleno de ejemplos de gente que se apunta al gimnasio con toda su buena voluntad y no duran ni un mes.
1- El problema que tiene ir al gimnasio es, en primer lugar, el tiempo que se pierde. Ése es un tiempo que antiguamente destinaríamos a cualquier otra actividad de ocio: mirar la televisión, navegar por internet, leer, quedar con gente... Yo con esto lo que trato es en primer lugar de que no me entorpezca mi vida social por un lado y por el otro tengo asumido que llevar una vida sana es incompatible con el sedentarismo. Hace tiempo que apenas entro en facebook.
2- Los gimnasios están llenos de gente muy en forma y las comparaciones son odiosas. Lo primero que tengo que hacer en la mayoría de máquinas es bajarle el peso. Aunque para mí lo peor es esa sensación de ser observado, sé que los adictos al fitness a la mínima ya se ven gordos, y siempre me viene la pregunta de cómo me verán ellos a mí. Pero sea como sea que ellos me vean, si algo le gusta al asiduo al gimnasio es la historia de cómo alguien que empezó a cuidarse consiguió hacerlo. Sé que si sigo ahí, los demás cambiarán su desprecio porque un gordito esté utilizando la máquina que ellos quieren para hacer sus series a simple respeto.
3- A veces no notamos los cambios tan rápido como nos gustaría. Según la persona, coger masa muscular no es tan fácil, y has de pensar bastante en lo que comes y demás. Yo con esto he perdido un poco los prejuicios al respecto de los batidos de proteínas, personalmente yo he notado la diferencia (pero sin abusar, que tienen calorías). Aún así, hay que tener en cuenta que la masa muscular no se gana de un día para otro y dependerá mucho de cada persona. Así que lo importante es no estresarse, porque no conoceréis a nadie que tras un año yendo al gimnasio de un modo serio no tenga cambios visibles.
Quizá esta entrada ha sido poco contenida, disculpadme. Mi intención es un poco compartir mis neuras, la sensación en las duchas de que las miradas de todos los musculitos se dirigen hacia mis michelines o la pereza que a veces me da tener que sacar tiempo para ir a machacarme un poco. Ir al gimnasio no es un campo de rosas, como parece que siempre se diga por todo, tiene sus cosas, a veces aburre y siempre te deja cansado y a menudo traumatizado cuando inevitablemente te comparas con los demás. Pero lo importante es que la voluntad no desfallezca.
Me ha sorprendido esta entrada, no lo habia pensado nunca a tu manera. Lo cierto es que en mi gimnasio hay un poco de todo... en cuanto a las chicas¡ A spinning vienen chicas que estan en forma y otras regorditas pero que tmb estan en forma¡¡ Incluso tenemos una profesora a la que le sobran unos cuantos kilitos pero la tia es genial, hace como la que mas y sus clases son de las mas duras. Pero claro... nunca he pensado en la sala de maquinas y los chicos... Es otro mundo.
ResponderEliminarUn besote y animo¡¡¡ Me encanta tu blog¡
Jajaja. Entonces el problema será quien vaya y no esté en forma XD. Yo ahora porque estoy más en forma... pero recuerdo la primera vez que pisé un gimnasio, lleno de mil máquinas y sin saber bien cómo funcionaba eso. Me sentía ridículo y observado porque probablemente tenía la misma cara que ”Juan”, el del viejo anuncio de IKEA. Con los chicos lo que pasa es que parece que se mida la masculinidad por ser el que más levanta, luego están los que se sienten más machos por levantar las pesas gritando o poniéndose a pegar al aire como si fueran boxeadores... Es toda una fauna y no siempre de la agradable.
EliminarY bueno me alegro de que te guste el blog!! ^^
Jajaja debe ser eso, la fauna¡
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